sábado, noviembre 13, 2010

Fe


Tener fe equivale a decir: «Sí, acepto de antemano los términos
del universo y acepto de antemano lo que ahora mismo soy incapaz de entender». Es lógico que exista lo
que llamamos un «acto de fe», porque la decisión de aprobar la noción de la divinidad supone dar un salto
gigantesco desde lo racional hacia lo desconocido y me da igual que los diligentes sabios de todas las
religiones nos metan sus libros por los ojos para intentar demostrarnos con textos que su fe es racional,
porque no lo es. Si la fe fuese racional, no sería fe. La fe es la creencia en lo que no se puede ver ni tocar.
La fe es caminar —de frente y a toda velocidad— hacia las tinieblas. Si realmente tuviéramos todas las
respuestas en cuanto al significado de la vida y la naturaleza de Dios y el destino del alma, la religión no
sería un acto de fe ni un valiente acto de humanidad; sería simplemente... una prudente póliza de seguros.

" Comer, Rezar, Amar"