Podemos ver y saber que ese alguien que amamos...se queda de pie sosteniendo su jarrón...que ya esta vacío...que ya no le sirve, para otra cosa que para darle peso...en su espalda...en su espíritu y en sus emociones...pero debemos respetar el tiempo sagrado de sostenerlo, en silencio, respetuoso y solemne....esperar pacientes....sin juzgar pues el tiempo de Dios es perfecto, porque es nuestro propio tiempo....
se nos da el instante, a nosotros nos corresponde hacer el tiempo decía George Poulet
Cuesta, debemos respetar siempre el tiempo en que decidimos romper nuestro Jarrón y el jarrón del " otro", cada uno en tiempo distinto...a su ritmo, con su dolor...con su rabia, con su paciencia...con sus lágrimas corriéndole por la cara mientras lo sostiene, sosteniendo la miseria del alma...que trae cobardía...es tan respetable e inmaculado como el silencio....mientras lo miras sobre tus manos...
Respira....date tu tiempo....respetate...sin señalarte...ni señalar al otro por no tirarlo después que tu.....
Es difícil, pues el jarrón es el YO conocido...puede estar tan herido y tan acostumbrado a cada herida...que no puede concebir, estar sin ellas...
disfruta el tiempo...de esperar...pues también hay tiempo de...romper....de llorar la pena de encontrarte vació, sin nada en las manos...sin heridas, sin peso que cargar...mirando en el suelo...miles de pedazos rotos, temblando de la extraña felicidad no conocida u olvidada....
ya no hay miserias...ya no hay nada...toca construir lo nuevo...lo desconocido...allí comienza la verdadera libertad.....
