Estás fuera de la prisión, fuera de la jaula. Puedes abrir tus alas y todo el cielo es tuyo. Todas las estrellas y la luna y el sol te pertenecen. Puedes desaparecer en el azul del más allá... Simplemente deja de aferrarte a esta jaula, sal de la jaula y todo el firmamento es tuyo. Abre tus alas y vuela por el firmamento como un águila.
En el firmamento interior, en el mundo interior, la libertad es el valor más elevado. Todo lo demás es secundario, incluso la bendición, el éxtasis. Hay miles de flores, son incontables, pero todas ellas se hacen posibles en un clima de libertad.
El pájaro que se dibuja en esta carta mira hacia afuera desde lo que parece ser una jaula. No hay puerta y, en realidad, los barrotes están desapareciendo. Los barrotes eran una ilusión, y este pequeño pájaro se siente atraído por la gracia, libertad y coraje de los otros. Empieza a extender sus alas, listo para volar por primera vez.
El amanecer de una nueva comprensión -la jaula siempre ha estado abierta y el firmamento siempre ha estado para que lo exploremos- puede hacernos sentir un poco temblorosos, al comienzo. Está bien y es natural sentirse tembloroso, pero no dejes que eso te ensombrezca la oportunidad de experimentar la ligereza y la aventura que se te ofrece, junto con el temblor.
Muévete con la dulzura y gentileza de este momento. Siente el batir de alas. Extiende tus alas y sé libre.