Te enseño a darte aquello que mereces,
cortar en tí lo que es habitual,
expulsar de tu substancia los jueces implacables,
no ahondar buscando culpas sino causas,
pretender curar sin castigar.
Te amarás a tí mismo porque eres grande,
porque la belleza es tu esencia,
porque humilde sostienes el equilibrio total: los astros sólo giran para que tú existas.
Te darás las palabras que mereces, la ternura que mereces, el talento que mereces,
no irás por los senderos de los otros. Con castos pasos en el bosque oscuro
engendrarás tu propio camino. Capaz de desprenderte del pasado
avanzarás naciendo, sin torturarte, sin sentirte culpable para siempre.
Deseando la existencia de los otros llegarás a ser.
Expulsando los alacranes del dolor podrás amar sin límites,
sublimando el desespero de la impermanencia lograrás crear,
sumergiendo el alma en tu milenaria carne sabrás por fin vivir.
Osarás desprenderte de las ideas que fueron escalones para tu elevación,
te concebirás al margen de los espejos y del doble .
Recibirás y ofrecerás la Gran Obra
sin que tercie tu retrato,
tan sólo trabajarás en aquello que te cambie..."
A. Jodorowsky, "Yo el Tarot"
(Extracto del poema VIII, La Justicia)