Los infiernos de nuestro inconsciente influyen más en nuestro cuerpo de lo que somos capaces de ver”, nos dice Ruediger Dahlke, el autor de “La enfermedad como camino”. Este mismo autor, relata como Milton Erickson aconsejó a una paciente frígida que se sentara delante de una nevera para revivir, en un ritual de varias horas, como se iba descongelando gota a gota. El experimento tuvo mucho éxito. “La experiencia sensorial provocó la liberación de su propia armadura de hielo dejando al descubierto su propio fuego interior erótico”.
Genialidades de Milton Erickson
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