jueves, marzo 11, 2010

No me entiendas, Mírame




Haciendo siempre lo correcto por imperfectamente ataviado que se vea. Porque lo correcto es mi verdad solo eso.

A veces silenciosa, misteriosa, permisiva y cruel. Sin importarme nada.

Y otras, echada a llorar en el suelo, por el peso del mundo....

Mujer entrecomillada

Insaciable del saber...

y pidiendo perdón al por mayor cuando yo misma siento que debo perdonarme, entre la maravillosa imperfección del medio día caluroso y de la noche fría con arboles que se mueven en mi habitación y me arruyan

Siendo mujer de hierba de madrugada y azul de día.

discreta, precavida. pendular...el vaivén mágico de ser YO. eso me seduce. como el humo que no sabe a donde va, pero se expande...

Sacerdotisa fría y sabia, emperatriz madre , explosiva y terrenal, dulce y agria.

Amplia como la llanura.

Infinita.

Total y espesa

Con espacios mentales ,habitaciones en el corazón, donde también las putas son sagradas.

Si, por eso amo a Benedetti. por su indefinicion y gusto excéntrico al paladar

Me gusta lo que saboreas y no puedes definir

Me gusta la música sin letra, que nadie comprende.

Aprendí tarde a caminar descalza sentí la libertad total, (odiaba quitarme los zapatos.)

" No te entiendo" me dicen algunos.

No me entiendas, Mírame.

Escritora anónima entregada al mundo.

cuyas piernas entaconadas fueron dibujadas ayer.

De silencio sordo, de muchos puntos suspensivos. donde se guardan secretos.

La mujer hecha MUJER

No me entiendas, Mírame.


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« La maison où j’habite. Là où je deviens », decía el poeta ebrio.
Mi estudio tiene su arquitectura, cerrada por libros, acotada por músicas, imaginada sobre dibujos. Elevada sobre el vicio ramificado del entendimiento. Tiene su olor. Olor de narcótico cerrado, que se escapa por una ventana abierta que nunca sabemos cerrar. Olor a suceder.
No le falta sabor. A veces azucarado a golosina y triunfo, otras a cocina japonesa, culto y por completar, las más veces, amargo y persistente. Como la melancolía. Y tiene, también, su tacto. Variable. Confeccionado con las pieles de mil millones de cuerpos tumbados. Húmedos y secos. Como cuando pasas las yemas sobre una huella en la tierra, como cuando humedeces un dedo en el borde de una copa o cruzas con la mano una tela de araña.
Aquí, en este marco cultural crezco y menguo.

Valerie Tasso.