lunes, diciembre 14, 2009
Rojo sobre Negro
sábado, diciembre 12, 2009
El Sotano
miércoles, noviembre 25, 2009
Alma...
lunes, octubre 12, 2009
Amor, erotismo, proyecciones...
La amenaza es una sensacion subjetiva...
tu duda y desconfianza hacia alguien que amas, es el espejo de tu propia creencia de que el miedo es necesario...
La conquista permite que la confianza a persar de las viejas heridas crezca...
Al principio es probable que un hombre y una mujer al principio no se permitan una relacion curativa, necesitan la valentia para ver que la duda y el miedo que afloran surja para ser examinados y liberados, no para reaccionar ciegamente hacia ellos, el efecto mas destructivo de sentirse amenzadado es cortar el flujo del amor...
La realidad no es hostil, fuimos condicionados bajo estas dos opciones
" El mundo es peligroso y tiene momentos de seguridad"
"El mundo es seguro y tiene momentos de peligro"
Cuando tuviste cualquier tipo de abuso en tu historia, secretamente contemplas a cualquier amante como a un enemigo
Primer paso que te hagas conciente en que momento no eres honesto.
(Sobre las proyecciones)...
A traves de las proyecciones, le colgamos a las personas nuestras propias creencias personales.
La etapa de la conquista tiene exito, cuando un hombre y una mujer desmantelan sus defensas y fracasa cuando construyen juntos nuevas defensas.
El ego no te deja nunca ir a lo desconocido y es allí donde el amor quiere ir...
Si sigues al amor, la vida se vuelve incierta y el ego siempre busca su seguridad...
Penetra las envolturas del amor...
Que quieres decir con la palabras TE AMO...?
tus condicionamientos de la infancia, tus espectativas y las creencias tacitas tiñen tu lenguaje...
TE amo se convierte en ..." te amo de la misma forma que mi Papá amo a mi Mamá antes de que se divorciaran" " "Te amo mientras no te acerques demasiado, " Te amo mas de lo que romeo amaba a julieta pero por favor...no me pidas..."
Los significados ocultos afloran a traves de la tecnica de asociacion de Ideas...
La mente con frecucia realiza asociaciones que nos engañan, rara vez vemos a las personas tal como son, sino asociandolas a otras personas...este proceso se llama proyección, si con mucha frecuencia te proyectas tendras comportamientos similiares a estos:
1 Terminas las frases que otras personas empiezan
2. Actúas defensivamente antes de ser acusado
3 Pides la opinion de otro y despues te enojas cuando no están de acuerdo contigo
4. Con frecuencia te sientes incomprendido
5 Abrigas gusto o disgusto extremo por personas que apenas conoces..
Es importantisimo que dejes de proyectar, la proyeccion siempre esconde un sentimiento que no quieres afrontar
Comunicarnos no significa pasar información sino lograr la union entre el otro y tu.
...A algunos hombres no les enseñaron a valorar sus propios sentimientos y los expresan solo como el ultimo de los recursos, y aceptar una persona es aceptar sus emociones.
Llegar a percibir que hay dentro de una persona es un arte, la sensibilidad se basa en desechar las preconcepciones de lo que la otra persona siente. de lo que piensas que debe sentir ..
Una mujer se puede sentir estupida porque su conversacion siempre se dirije a lo emocional...
Mantener viva la sensibilidad + Comunicación es la clave...
La pureza del Deseo
Es una fuerza motriz detras del amor, pero no es lo mismo que el amor y cuando las dos divergen surjen muchos conflictos.
sábado, octubre 03, 2009
Nuestro..
martes, septiembre 29, 2009
Palabras de la Danza de la realidad...
domingo, septiembre 27, 2009
sábado, septiembre 26, 2009
PAPÁ
sábado, septiembre 19, 2009
La vida es un rio
El Guia con una tunica marron, me llevo al agua, cristalina, me tomo de la mano y me traslado al centro de aquel lago, me dijo
viernes, septiembre 18, 2009
Dios, visto desde mis Lentes
Entiendo por mis propios pasos, es decir a través de mi, que la unilateralidad de Dios es imposible....impensable.
Pues si lo viéramos como " algo", encerraríamos mentalmente a Dios en ese " Algo" para siempre. es decir, que por lógica, si Dios se presenta como viejo barbudo, de cabellos de plata...( imagen creo a titulo personal que está en el top ten de imagenes mentales que el mundo tiene sobre el.
Entonces diríamos, " Dios es hombre, es viejo y así. PUNTO"....dejaríamos de verlo en todo lo que nos rodea, sepultaríamos por muchas generaciones, la opción de que Dios fuese mujer, o niño, o mendigo, o aire, o flor, o agua, o noche, o vacío, o lluvia, o lo que fuere que posea energía....
Lo mas chistoso es que muchas religiones, incluso iglesias de dichas religiones....desean monopolizar la imagen de Dios. como quien dice, todos se atribuyen sus derechos legales, es una marca registrada por _________
Resulta que Dios es tan universal y tan inmenso, infinito que cuando eso pasa me lo imagino muerto de la risa....
" Mis hijos como se divierten, adjudicandome títulos, formas, y origen"
Supongo que es fruto de la rigidez de pensamiento y estructuras que vienen cabalgando desde nuestros ancestros...
Entonces, romper en mil pedazos la imagen de Dios que todos hemos tenido. no es fácil.
Pero al menos yo ya la rompí a hace tiempo, para " experimentar" a Dios en todas las formas...porque el es un todo.
Ya carente de forma, lo miro en todo al rededor..., lo percibo, lo huelo...y me invade....lo miro cuando me veo al espejo o cuando veo las fotos de mis abuelos.
Lo miro en los pobres y los ricos...., en chavistas y no chavistas...en los circuitos electronicos, en mi laptop...y en el aire......
" No hay nada que Dios no sea"
Entonces es imposible nombrar que cosa es Dios.
Otros creen que Dios solo es " lo Bueno" y dire algo...que movera estomagos..pero
Dios es dual. entonces DIos es oscuridad y es luz.
Esta en todo....lo es TODO.
Vivir a DIos asi...no es facil de que nuestras mentes de " cuatro paredes" lo alberguen.
Pienso que la unica manera es hacerlo vivencial...no es cuestión de leerlo en un libro...
Sino de experimentarlo en cada paso de tu vida..., el rompecabeza se va armando....
Y ya tienes esa leve sensacion de lo que el ES.
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Por eso, amigo Ricardo, concuerdo contigo: los calificativos que le endosamos al Ser Superior pueden limitar seriamente nuestra visión espiritual. A veces, en la espesa selva de nombres del Creador, no vemos al Árbol Único que conecta al Cielo con la Tierra. Como los lamas del cuento de Clarke, cuando dejemos atrás todos esos supuestos nombres de Dios (todas esas visiones parciales y sesgadas que tenemos del Padre-Madre) entonces percibiremos con nítida claridad la Unidad básica que subyace en todas las cosas y seres.
Porque Dios es Uno… ¡y Todos somos Uno en Él!
Fuente: http://carmelourso.wordpress.com/Arthur C. Clarke: Escritor y Científico Británico, Novelista de Ciencia Ficción
jueves, septiembre 17, 2009
Este es un Nuevo Dia...(Un corazon en mi cafe)
Ayer mis fuerzas no estaban ni para llorar...me preguntaba serenamente y muy agotada en la mesa fría de la oficina...
Para agradecerle al Cielo,
La gentileza de un nuevo día,
Es decir de una nueva oportunidad.
Porque siempre se puede empezar de nuevo,
En una eternidad siempre se puede empezar de nuevo,
Y esto es tan cierto como que el paraiso no está perdido sino olvidado.
martes, septiembre 15, 2009
Nectar de Luna Roja..
sábado, septiembre 12, 2009
Se como tu eres...
Sé como tú eres,
De manera que puedas ver
quién eres
y como eres
Deja por unos momentos,
lo que debes hacer
Y descubre lo que realmente haces
Arriesga un poco si puedes
Siente tus propios sentimientos
Dí tus propias palabras
Piensa tus propios pensamientos
Sé tu propio ser
Descubre
Deja que el plan para tí
surja de adentro de tí
Fritz Perls
sábado, septiembre 05, 2009
El dia de No Repetir
viernes, septiembre 04, 2009
..Y la noche que se incendia y la cama que se eleva..."
miércoles, septiembre 02, 2009
Y Dios que dice de esto?...
¿Cuándo aprenderé lo suficiente sobre las relaciones como para que las mías vayan sobre ruedas? ¿Hay alguna manera de ser feliz en las relaciones? ¿Acaso deben suponer constantemente una prueba?
No tienes nada que aprender sobre las relaciones. Únicamente has de manifestar lo que ya sabes.
Hay una manera de ser feliz en las relaciones y: consiste en utilizarlas para el fin que les es propio, y no para el que tu les has designado.
Las relaciones son una prueba constante; constantemente invitan a crear, expresar y experimentar las más elevadas facetas de ti mismo, las mayores visiones de ti mismo, las más magnificas versiones de ti mismo. En ninguna otra parte puedes realizar esto de un modo más inmediato, efectivo e inmaculado que en las relaciones. En realidad, si no fuera por las relacionesno podrías realizarlo en absoluto.
Sólo a través de tus relaciones con otras personas, lugares y acontecimientos puedes existir (como una cantidad cognoscible, como algo identificable) en el universo. Recuérdalo: en ausencia de algo distinto, tú no eres. Eres únicamente lo que eres en relación a otra cosa que no es. Así es en el mundo de lo relativo, a diferencia del mundo de lo absoluto, en el que Yo habito.
Cuando entiendes esto con claridad, cuando lo comprendes en profundidad, entonces bendices intuitivamente todas y cada una de tus experiencias, todo encuentro humano, y especialmente las relaciones personales humanas, pues las ves como algo constructivo en su más alto sentido. Ves que pueden utilizarse, que deben utilizarse, que se utilizan (lo quieras o no), para construir Quién Realmente Eres.
Esta construcción puede ser una magnífica creación de tu propio designio consciente, o una estricta configuración de los acontecimientos. Puedes elegir ser una persona que sea producto simplemente de lo que haya acontecido, o de lo que hayas elegidoser y hacer en función de lo que haya acontecido. Es en esta última forma en la que la creación del Yo se realiza.
Bendice, por tanto, toda relación, y considera cada una de ellas como especial y constitutiva de Quién Realmente Eres y ahora eliges ser.
Ahora bien, tu pregunta alude a las relaciones humanas individuales de tipo romántico, cosa que entiendo. De modo que permíteme referirme, específicamente y por extenso, a las relaciones amorosas humanas, ¡ese asunto que sigue dándote tantas preocupaciones!
Cuando las relaciones amorosas humanas fracasan (en realidad, las relaciones nunca fracasan, excepto en el sentido estrictamente humano de que no producen el resultado que quieres), es porque se habían iniciado por una razón equivocada.
(Por supuesto, “equivocado” es un término relativo, que significa algo opuesto a lo que es “correcto”, sea lo que sea. Resultaría más exacto, en vuestro lenguaje, decir “las relaciones fracasan - cambian - más a menudo cuando se han iniciado por razones no totalmente beneficiosas o que conduzcan a su supervivencia”.)
La mayoría de la gente inicia las relaciones con las miras puestas en lo que puede sacar de ellas.
El objetivo de una relación es decidir qué parte de ti mismo quisieras ver “descubierta”; no qué parte de la otra persona puedes capturar y conservar.
Sólo puede haber un objetivo para las relaciones, y para toda la vida: ser y decidir Quien Realmente Sois.
Resulta muy romántico decir que tú no eras “nada” hasta que llego esa otra persona tan especial; pero no es cierto. Y, lo que es peor, supone una increíble presión sobre esa persona, forzándole a ser toda una serie de cosas que no es.
Al no querer “desengañarte”, trata con gran esfuerzo de ser y hacer esas cosas, hasta que ya no puede más. Ya no puede completar el retrato que te has forjado de él o de ella. Ya no puede desempeñar el papel que se le ha asignado. Surge el resentimiento. Y después la cólera.
Finalmente, para salvarse a sí misma (y la relación), esa otra persona especial empieza a recuperar su auténtico yo, actuando más de acuerdo con Quien Realmente Es. Y en ese momento es cuando dices que “realmente, ha cambiado”.
Resulta muy romántico decir que, ahora que esa otra persona especial ha entrado en tu vida, te sientes completo. Pero el objetivo de la relación no es tener a otra persona que te complete, sino tener a otra persona con la que compartir tu completitud.
He aquí la paradoja de todas las relaciones humanas: no necesitáis a una determinada persona para experimentar plenamente Quienes Sois, y... sin otro, no sois nada.
Aquí radica a la vez el misterio y el prodigio, la frustración y la alegría de la experiencia humana. Requiere un conocimiento profundo y una total voluntad vivir en esta paradoja de un modo que tenga sentido. Y observo que muy pocas personas lo hacen.
La mayoría de vosotros iniciáis vuestras relaciones en los primeros años de madurez, con esperanza, plenos de energía sexual, el corazón abierto de par en par y el alma alegre e ilusionada.
En algún momento entre los cuarenta y los sesenta años (y para la mayoría más pronto que tarde), renunciáis a vuestro más magnífico sueño, abandonáis vuestra más alta esperanza, y os conformáis con vuestras menores expectativas; o con nada en absoluto.
El problema es sumamente básico, sumamente sencillo; y, sin embargo, trágicamente mal interpretado: vuestro más magnífico sueño, vuestra más alta idea y vuestra más acariciada esperanza se había referido a vuestro amado otro, en lugar de a vuestro amado Yo. La prueba de vuestras relaciones se había referido al hecho de hasta qué punto el otro se ajustaba a vuestras ideas, y en qué medida considerabais que vosotros os ajustabais a las suyas. Sin embargo, la única prueba auténtica se refería al hecho de hasta qué punto vosotros os ajustabais a las vuestras.
Las relaciones son sagradas porque proporcionan la más grandiosa oportunidad en la vida - en realidad, la única oportunidad - de crear y producir la experiencia de tu más elevado concepto de ti mismo. Las relaciones fracasan cuando las consideras la más grandiosa oportunidad de crear y producir la experiencia de tú más elevado concepto deotro.
Si dejas que, en una relación con otra persona, cada uno se preocupe de Sí mismo: de lo que Uno mismo es, hace y tiene; de lo que Uno mismo quiere, pide, obtiene; de lo que Uno mismo busca, crea, experimenta... todas las relaciones servirán magníficamente a este propósito, y a quienes participen en ellas.
Deja que, en la relación con otra persona, cada uno se preocupe, no del otro, sino sólo y únicamente de Sí mismo.
Parece una enseñanza extraña, ya que os han dicho que en la forma más elevada de relación uno se preocupaúnicamente del otro. Pero Yo te digo esto: es el hecho de centrarte en el otro - de obsesionarte con el otro - lo que hace que las relaciones fracasen.
¿Qué es el otro? ¿Qué hace? ¿Qué tiene? ¿Qué dice, quiere o pide? ¿Qué piensa, espera o planea?
El Maestro entiende que no importa lo que el otro sea haga, tenga, diga, quiera o pida. No importa lo que el otro piense, espere o planee. Sólo importa lo que tú hagas en relación con ello.
La persona que más ama es la persona que está más centrada en Sí misma.
Esa es una enseñanza radical...
No si la observas con atención. Si no te amas a ti mismo, no puedes amar a otro. Mucha gente comete el error de tratar de amarse a Sí mismo a través de amar a otro. Por supuesto, no se dan cuenta de lo que hacen. No se trata de un esfuerzo consciente, sino de algo que se da en la mente, a un nivel muy profundo, en lo que llamáis el subconsciente. Piensan: “Si puedo amar a otros, ellos me amarán a mí. Entonces seré alguien digno de ser amado, y, por lo tanto, Yome amaré a mí mismo”.
El reverso de esto es que muchas persona se odian a sí mismas porque piensan que no hay nadie que las quiera. Se trata de una enfermedad; es el verdadero “mal de amores”, pues lo cierto es que sí hay otras personas que les quieren, pero no importa. No importa cuánta gente manifieste su amor hacia ellos; nunca es suficiente.
En primer lugar, no creen en ti. Piensan que tratas de manipularles, que tratas de sacar algo de ellos. (¿Cómo podrías quererlos por lo que realmente son? No. Debe haber un error. ¡Seguro que quieres algo! Entonces ¿qué es lo que quieres?)
Se cruzan de brazos, tratando de comprender cómo alguien puede realmente quererles. Así, no te creen, y emprenden una campaña para hacer que se lo demuestres. Tienes que demostrarles que les quieres. Y, para hacerlo, pueden pedirte que empieces a cambiar tu conducta.
En segundo lugar, si finalmente aceptan que pueden creer que les quieres, inmediatamente empiezan a preocuparse acerca de cuánto tiempo lograrán mantener tu amor. Así, con el fin de conservarlo, empiezan a cambiar su conducta.
De este modo, dos personas se pierden a sí mismas - literalmente - en la relación. Inician la relación esperando encontrarse a sí mismas, y, en lugar de ello, se pierden a sí mismas.
Esta pérdida de Uno mismo en una relación es lo que provoca la mayor parte de la amargura en estas parejas.
Dos personas se unen para compartir su vida, esperando que el todo será más que la suma de las partes, y se encuentran con que es menos. Se sienten menos que cuando estaban solos. Menos capaces, menos hábiles, menos apasionantes, menos atractivos, menos alegres, menos contentos...
Y ello es así porque son menos. Han renunciado a la mayor parte de lo que son con el fin de tener - y conservar - la relación.
Las relaciones nunca han tenido por qué ser así. Pero así es como las han experimentado la mayoría de las personas que conoces.
¿Por qué? ¿Por qué?
Porque la gente ha perdido el contacto (si es que alguna vez lo tuvo) con el propósito de las relaciones.
Cuando has dejado de ver a los otros como almas sagradas en un viaje sagrado, no puedes ver el propósito, la razón, que se oculta tras toda relación.
El alma ha venido al cuerpo, y el cuerpo ha venido a la vida, con el propósito de evolucionar. Estáis en evolución; estáis en devenir. Y utilizáis vuestras relaciones con cualquier cosa para decidir aquello que queréis devenir.
Esa es la tarea que habéis venido a realizar aquí. Esa es la alegría de crearse a Sí mismo. O de conocerse a Sí mismo. O de llegar a ser, conscientemente, lo que uno quiere ser. Eso es lo que significa ser consciente de Uno mismo.
Habéis traído a vuestro Yo al mundo relativo para poder disponer de las herramientas con las que conocer y experimentar Quienes Realmente Sois. Y sois quienes os creáis en relación con todo lo demás.
Vuestras relaciones personales constituyen el elemento más importante en este proceso. Por lo tanto, vuestras relaciones personales son “tierra santa”. Prácticamente no tienen nada que ver con el otro, pero, puesto que implican a otro, tienen todo que ver con el otro.
Esta es la divina dicotomía. Este es el círculo perfecto. Así, no constituye una enseñanza tan radical afirmar: “Bienaventurados los que se centran en Sí mismos, porque ellos conocerán a Dios”. Puede que no sea un mal objetivo en tu vida conocer la parte más elevada de Ti mismo, y permanecer centrado en ella.
Tu primera relación, pues, debe ser contigo mismo. Debes aprender primero a honrarte, cuidarte y amarte a Ti mismo.
Debes verte primero a Ti mismo como estimable para poder ver al otro como tal. Debes verte primero a Ti mismo como bienaventurado para poder ver al otro como tal. Debes verte primero a Ti mismo como santo para poder reconocer la santidad en el otro.
Si colocas el carro delante del caballo - como muchas religiones te piden que hagas -, y reconoces al otro como santo antes de reconocerte a ti mismo como tal, un día te resentirás de ello. Si hay algo que ninguno de vosotros puede tolerar es que alguien sea más santo que uno. Sin embargo, vuestras religiones os enseñan a considerar a los otros más santos que vosotros. Y eso es lo que hacéis, aunque sólo durante algún tiempo: luego los crucificáis.
Habéis crucificado (de una manera u otra) a todos mis Maestros, no sólo a Uno. Y lo habéis hecho no porque fueran más santos que vosotros, sino porque creíais que lo eran.
Todos mis Maestros han traído el mismo mensaje. No “yo soy más santo que tú”, sino “tú eres tan santo como yo”.
Este es el mensaje que no habéis sido capaces de escuchar; esta es la verdad que no habéis sido capaces de aceptar. Y esta es la razón por la que nunca os enamoráis realmente, auténticamente, de otra persona. Porque nunca os habéis enamorado realmente, auténticamente, de Vosotros mismos.
Así, deja que te diga algo: céntrate ahora y siempre en Ti mismo. Preocúpate de observar lo que tú eres, haces y tienes en un momento dado, y no cómo les va a los demás.
No debes buscar tu salvación en la acción del otro, sino en tu re-acción.
Así lo haré; pero, de alguna manera, eso suena como si no debiéramos preocuparnos de lo que los otros nos hacen en la relación con nosotros. Pueden hacer cualquier cosa, y, mientras conservemos nuestro equilibrio, nos mantengamos centrados en Nosotros mismos y todas esas cosas, nada nos afectará. Pero lo que hacen los demás si nos afecta. A veces, sus actos sí nos hacen daño. Y cuando el dolor aparece en las relaciones con otra persona es cuando yo no sé qué hacer. Está muy bien decir: “manténte al margen; haz que no te afecte en absoluto”, pero eso resulta más fácil de decir que de hacer. A mí me hacen daño las palabras y las acciones de las personas con quienes tengo relaciones.
Llegará el día en que no te lo harán. Y será el día en que realices - y actualices - el auténtico significado de las relaciones con los demás; su auténtica razón.
Sí reaccionas del modo en que lo haces, es porque has olvidado esto. Pero eso está bien. Forma parte del proceso de crecimiento; forma parte de la evolución. Es la Obra del Alma la que construyes en la relación con los demás; se trata de un grandioso conocimiento, de un grandioso recuerdo. Hasta que recuerdes eso - y recuerdes también cómoutilizar la relación como una herramienta en la creación de Ti mismo -, debes trabajar en el nivel en el que estás. El nivel del conocimiento, el nivel de la voluntad, el nivel de la remembranza.
Así, hay una serie de cosas que puedes hacer cuando reaccionas con dolor ante lo que la otra persona es, dice o hace. La primera es admitir con franqueza lo que sientes exactamente, tanto a ti mismo como a la otra persona. Muchos de vosotros tenéis miedo de hacer esto, pues pensáis que vais a “quedar mal”. En alguna parte, en lo más profundo de vosotros, os dais cuenta de que probablemente es ridículo que “penséis así”. Probablemente resulta mezquino; sois “mejores que eso”. Pero no es culpa vuestra: seguís pensando así.
Sólo hay una cosa que puedes hacer al respecto. Debes honrar tus sentimientos, puesto que honrar tus sentimientos significa honrarte a Ti mismo. Y debes amar a tu prójimo como a ti mismo. ¿Cómo puedes aspirar a entender y honrar los sentimientos de otra persona si no puedes honrar los que albergas en tu interior?
La primera pregunta en cualquier proceso de interacción con otra persona es: ¿Quién Soy, y Quién Quiero Ser, en relación con ello?
A menudo no recordáis Quiénes Sois, y no sabéis Quiénes Queréis Ser, hasta que probáis algunos modos de ser. He aquí por qué resulta tan importante honrar vuestros sentimientos más auténticos.
Si vuestro primer sentimiento es negativo, el hecho de tener dicho sentimiento a menudo es suficiente para desecharlo. Es cuando estáis coléricos, estáis molestos, estáis disgustados, estáis furiosos, tenéis el sentimiento de querer “hacer daño”, cuando podéis rechazar estos sentimientos primarios en tanto “no forman parte de Quienes Queréis Ser”.
El Maestro es aquel que ha vivido las suficientes de tales experiencias como para saber por adelantado cuál es su elección definitiva. No necesita “probar” nada. Ya ha llevado antes esa ropa, y sabe que no le sienta bien; no es “la suya”. Y, puesto que la vida de un Maestro está dedicada a la realización constante del Yo tal como uno mismo sabe que es, nunca albergará esos sentimientos “que no le sientan bien”.
He aquí por que los Maestros se muestran imperturbables frente a lo que los demás llamarían calamidades. Un Maestro bendice la calamidad, pues sabe que a partir de la semilla del desastre (y de toda experiencia) crece el Yo. Y el segundo objetivo de la vida de un Maestro es crecer siempre, ya que, una vez se ha realizado plenamente a Sí mismo, no tiene otra cosa que hacer excepto ser más que eso.
Es en esta etapa cuando uno pasa de la obra del alma a la obra de Dios, pues eso es lo que me corresponde a Mí.
Supondré, a efectos de nuestro análisis, que de momento estás en la obra del alma. Estás todavía tratando de realizar (de hacer “real”) Quien Realmente Eres. La vida (Yo) te dará abundantes oportunidades para crearlo (recuerda que la vida no es un proceso de descubrimiento, sino un proceso de creación).
Puedes crear a Quién Realmente Eres una y otra vez. En realidad, lo estás haciendo; cada día. Sin embargo, actualmente no siempre responderás de la misma manera. Frente a una experiencia externa idéntica, puede que un día decidas ser paciente, amable y cariñoso en relación a ella; y otro día puede que decidas enfadarte, ser desagradable y estar triste.
El Maestro es aquel que siempre responde de la misma manera; y esa manera es siempre la opción más elevada.
En esto, el Maestro es inmediatamente previsible; por el contrario, el discípulo es totalmente imprevisible. Se puede afirmar si alguien se halla en camino de ser Maestro simplemente observando con qué grado de previsibilidad escoge la opción más elevada en respuesta o como reacción a una determinada situación.
Por supuesto, eso plantea una pregunta: ¿cuál es la opción más elevada?
Se trata de una pregunta sobre la que han girado las filosofías y las teologías del hombre desde el principio de los tiempos. Si la pregunta te interesa realmente, es que estás ya en camino de ser Maestro, ya que lo cierto es que a la mayoría de las personas les interesa otra pregunta totalmente distinta.. No cuál es la opción más elevada, sino cuál es la opción más beneficiosa; o bien cómo puedo reducir mis pérdidas al mínimo.
Cuando se vive la vida desde el punto de vista del control de las pérdidas y la optimización de los beneficios, se pierde el auténtico beneficio de la vida. Se pierde la oportunidad. Se pierde la posibilidad. Y ello porque una vida vivida de ese modo es una vida vivida con temor; y esa vida afirma una mentira sobre vosotros.
Puesto que no sois temor, sois amor. El amor que no necesita protección no puede perderse. Pero nunca lo sabréis por propia experiencia si seguís respondiendo a la segunda pregunta, y no a la primera; ya que sólo una persona que piensa que hay algo que ganar o que perder responde a la segunda pregunta; y sólo una persona que contempla la vida de un modo distinto, que se ve a Sí misma como un ser superior, que entiende que lo importante no es ganar o perder, sino únicamente amar o dejar de amar, sólo esa persona responde a la primera.
Quien responde a la primera pregunta afirma: “yo soy mi cuerpo”; quien responde a la segunda, “yo soy mi alma”.
"Conversaciones con Dios"
Neal Donald Walsh