Cuando me fume mi primer cigarrillo, cuando rodé mi carro sincrónico por primera vez, cuando por primera vez me hicieron el amor.
...En todas esas tres ocasiones me temblaron las piernas, la adrenalina me recorría cada poro....la sensación de libertad era total, acompañado del susto en el estomago y la piel erizada, del sabor amargo de la primera aspirada en los pulmones de la seductora nicotina, el olor a gasolina del carro , el sabor de la piel humedecida.....tras los latidos acelerados, también me latía la vida, esos instantes en que la mente dice " Hazlo" y dice también, " No lo hagas", dicotomia sagrada, esos instantes donde el cartel de peligro te deja saber que estas vivo....
Si, así fue mi primer suspiro, mi primer cigarrillo...mi primera frenada.